sábado, 3 de diciembre de 2011

Jornadas Libertarias sobre Educación

















13 diciembre  Charla-debate: ¿Qué es la Educación Libertaria?.   
A cargo de Carlos (educador). 
14 dic.  Charla-debate: Juventud y anarcosindicalismo. 
Con la participación de las secciones sindicales de la USAL y de Telepizza de Salamanca. 
 
15 dic.  Presentación del: Colectivo de Educación Libre “Wayra”. 

A cargo de miembros del Colectivo “Wayra” de Salamanca.
A las 20:30 h.         En la sede de CNT Zamora

    INFORMACIÓN AMPLIADA: 
M 13 diciembre  Charla-debate: ¿Qué es la Educación Libertaria?. 
A cargo de Carlos (educador y militante libertario).
  ¿Es posible, o ha existido, otro modelo de enseñanza diferente al hoy mayoritario? La respuesta es sí: la pedagogía libertaria.  Presentándose como una alternativa posible al sistema convencional (de escuela pública o privada-concertada). Se hará así una breve aproximación histórica y práctica, de las diferentes propuestas y experiencias educativas ácratas existentes hasta la actualidad. 
Audio relacionado: http://www.ivoox.com/charla-debate-sobre-la-pedagogia-libertaria-audios-mp3_rf_895669_1.html
   
X 14 dic.  Charla-debate: Juventud y anarcosindicalismo. 
Con la participación de las secciones sindicales de CNT en la USAL y en Telepizza de Salamanca.
  Que pondrán en común: sus experiencias en torno a la lucha desarrollada por los derechos, sus inquietudes y vivencias, hablarán sobre el tema de los estudiantes y el trabajo, de la importancia de organizarse los jóvenes, de los recortes en la enseñanza, en la Universidad y en el ámbito laboral, etc. 
Blog Sec. USAL: http://diarium.usal.es/seccionsindicalcnt/   /  Sec. Telepizza: http://quienparteyreparte.blogspot.com// 

J 15 dic.  Presentación del: Colectivo de Educación Libre “Wayra”. 
A cargo de miembros del Colectivo “Wayra” de Salamanca. 
   Estos compañer@s nos indicarán, en qué consiste y como están organizando este programa de educación libertaria. Se defienen como "un grupo de personas que creemos en una educación basada en la libertad y el respeto a l@s niñ@s. Con este planteamiento estamos desarrollando un proyecto para crear un espacio de educación libre en Salamanca." 
Consulta su blog: http://colectivowayra.blogspot.com/

HORA: A las 20:30 h.
ORGANIZA: CNT -AIT de Zamora


Nota:   Además, aunque no figura en cartel, el domingo 18 dic. se hará una excursión senderista (salida a las 11 h. en la sede). 

http://cntaitzamora.blogspot.com/2011/12/jornadas-libertarias-sobre-educacion.html

Concepto Confederal del Comunismo Libertario

Partimos de considerar el presente trabajo como algo no dogmático, ni monolítico, y mucho menos definitivo. En principio el V Congreso se identifica con las líneas generales del dictamen sobre Comunismo Libertario (ver Actas Congreso de Zaragoza) elaborado en 1936.
Debe tomarse el presente trabajo como indicaciones para un debate en los sindicatos que permita un enriquecimiento del futuro plan de sociedad comunista libertaria.
Declaración preliminar
Desaparecido el sistema actual impuesto desaparecerán también la irracional acumulación capitalista y los privilegios derivados de la misma. La sociedad procederá a una distribución igualitaria de los bienes producidos por todos, según el principio: de cada uno según sus fuerzas, a cada cual según sus necesidades. Los elevados índices de productividad obtenidos gracias a la moderna tecnología permiten prever un nivel de vida para cubrir el anterior objetivo. Si la sociedad actual puede subsistir y progresar, a pesar del enorme parasitismo, como hemos evidenciado en otros puntos del orden del día, ello nos permite afirmar que, sin merma de la productividad (aunque sería preciso una reconversión y estudio detallado en cada caso) podría crearse la riqueza necesaria para garantizar una vida confortable para todos. Por supuesto que desaparecerían las escandalosas superfluidades que constituyen el lujo de los explotadores, pero por el contrario cobraría un impulso y florecimiento extraordinario todos los aspectos económicos, sociales y culturales de la vida social, ahora si merecedora en verdad de este calificativo. Desaparecería asimismo la irracionalidad del consumismo productivista y con esto la patética sociedad del despilfarro. Como ha dicho un autor libertario, el consumo dirigiría en todos los casos a la producción, no viceversa como es hoy el caso.
El  comunismo Libertario. La Utopía.
Líneas generales de la construcción comunista libertaria
Por supuesto que no pretendemos configurar desde hoy el porvenir, sino prefigurarlo, como hemos afirmado con anterioridad. Lo contrario sería una pretensión autoritaria además de un absurdo. La responsabilidad de decidirlo corresponderá por entero a las generaciones presentes en el memorable tránsito.
Sin embargo consideramos de gran importancia la previsión de determinadas líneas generales o ideas-fuerza sobre las que andamiar la nueva sociedad. Téngase presente que la ausencia de estas ideas-fuerza bien cimentadas en todas las grandes revoluciones históricas hizo posible que el carácter primigeniamente libertario de las mismas fuese finalmente capitalizado de forma autoritaria. De manera que el diseño de las grandes líneas generales puede ser útil para los futuros constructores, quienes las ampliarán de acuerdo con sus criterios y los valores y circunstancias del momento.
Los criterios prácticos sobre la construcción del comunismo libertario son muy diversos y han cambiado en el tiempo. El dictamen del Congreso de Zaragoza subraya el papel decisivo de la comuna como marco o asiento de todas las actividades humanas básicas, incluidas las económicas.
Es incuestionable a nuestro juicio, que la comuna es el marco donde se cumplen todas las funciones vitales de la sociedad, si bien creemos que deben situarse en una relación armónica las realidades de orden económico y productivo y aquellas otras de relación humana general dada la esencialidad misma de ambas. Es por esta razón que aludimos a la federación económica y a la federación política como situadas en un nivel de complementariedad, aunque la primera se verifique en el ámbito de la segunda.
El campo económico-productivo: la industria
Los elementos constitutivos de este campo serían: las unidades productivas de base (fábricas, talleres, minas, etc.), los consejos locales de economía que asumirían la función de coordinar la economía en el nivel local, las federaciones de industria a nivel regional, nacional e internacional si fuese necesario.
No hay duda que, efectuado el cambio revolucionario y abolida la propiedad privada y el Estado, el principio de autoridad y, por consiguiente, las clases que dividen a los hombres en explotados y explotadores como se dice en la ponencia del Congreso de Zaragoza los trabajadores se incautarán de las unidades productivas de base, y procederán a hacer balance de maquinarias y materias primas y de cuantos datos estadísticos interesen a los consejos locales de economía.
A partir de este momento, los centros de producción crearán sus consejos técnico-administrativos, nombrados en asamblea general y procederán a reestructurarse de acuerdo con las necesidades de cada grupo y posteriormente con las necesidades locales de cada industria. De estas necesidades los trabajadores deducirían las decisiones a tomar desde el punto de vista estructural, decidiendo en cada caso el tipo y dimensión de la unidad productiva procediéndose con criterios racionales que superen las estructuras inoperantes por reducidas, como ya se hiciera en Barcelona durante el proceso revolucionario y también en otros sectores de la España revolucionaria. De igual modo procedería corregir la gigantanasia creada por la concentración industrial de nuestros días, descentralizándose los grandes conglomerados para adaptarlos a las conveniencias reales y a las posibilidades del entorno, con ayuda de los adelantos tecnológicos.
A niveles regionales y nacional, la federación de industria cumpliría las funciones de coordinación correspondiente a sus niveles, resolviendo los desajustes dentro del ramo y el aprovisionamiento de materias primas. La planificación industrial por ramas se llevaría a cabo en los congresos a los diferentes niveles y se tendrían en cuenta tanto los datos estadísticos de la industria como los suministrados por los consejos de economía regionales o nacional en relación con el estado general económico y las exigencias de éste.
Algunas industrias, como enseñanza, transporte, construcción, gastronomía y otras, escaparían probablemente a la planeación económica en aquellos aspectos relativos a los ámbitos locales o comunales, por afectar ya no sólo a los trabajadores, sino esencialmente a los ciudadanos como tales. Lo más probable es que cada comuna o municipio tendrá ideas propias sobre la organización de determinados servicios como el transporte, la enseñanza y otros. En cuanto a la construcción, en este caso, urbanismo, es de prever que las comunas tendrían buen cuidado en elegir el tipo de construcciones o viviendas adecuados al respectivo ámbito geográfico, al carácter del paisaje o al temperamento artístico y creativo de cada comuna. En todos estos casos decidiría la propia comuna, recurriendo a los medios técnicos del propio organismo local de la construcción, Esto ofrecería la posibilidad de una menor centralización de este ramo y de otros, que sólo tendrían que resolver en ámbitos geográficos superiores el problema de las materias primas. Repetimos que todas estas líneas generales tienen sólo un valor indicativo.
La agricultura
Cuanto se ha dicho para las federaciones de industria cabe afirmarlo para las federaciones de campesinos, que se articularían a partir de las unidades colectivizadas de base en federaciones comarcales y regionales. Aquí convendría proceder a una diversificación del campo agrícola como en el caso de la industria, según las especialidades de la agricultura, que podrían articularse por separado en grandes grupos productivos. Cabe pensar en una federación nacional de cereales, otra de legumbres, de tubérculos, del vino y la sidra, de los productos lácteos y sus derivados, de las materias grasas y de la carne. Otro tanto se puede decir de las actividades pesqueras. Acaso fuera conveniente unir por fin estas federaciones nacionales campesinas especializadas en federaciones generales de la agricultura en los ámbitos regionales, constituyendo una confederación general (o nacional) agrícola con articulación final. Estas federaciones regionales, así como la confederación general estarán representadas en los consejos locales, regionales y nacionales (o general) de economía, donde revertirían las necesidades de asistencia técnica, herramientas y maquinarias diversas, abonos y productos químicos etc. Se tendrán también en cuenta las circunstancias dadas en la revolución española 1936-39. Por supuesto que en todas las modalidades de cultivo se suprimiría cualquier forma de explotación del trabajo ajeno.
Las comunas
Como hemos dicho en otro lugar la comuna es el ámbito en el que se desarrollarán todas las actividades humanas esenciales, tanto las económicas productivas, ya descritas, como las de relación humana general. Por ello es el eje en que se insertará la vida de la nueva sociedad.
Lo mismo que la nueva estructuración económico-productiva tendrá como base a los trabajadores/as y a las unidades productivas de base la nueva estructuración de las relaciones humanas generales tendrá como base primordial la persona y el núcleo social primario asentado en el barrio o distrito y por extensión la comuna local (o municipio libre). La comuna será la unidad básica de la convivencia ciudadana y la entidad geosocial sobre la cual se estructurará la gran federación política que debe sustituir al Estado. Las comunas serán autónomas y se federarán comarcal, regional o nacionalmente (o en el espacio ibérico) para que se cumplan los fines de solidaridad y complementariedad política y económica previstos en la sociedad comunista libertaria. La unión libre y voluntaria que empieza en la persona soberana, emancipada de toda alienación, culmina en la Confederación Ibérica de Comunas Autónomas Libertarias (C.I.C.A.L.). En los congresos de la confederación se tomarán, dentro de la más amplia libertad, las más importantes decisiones relativas a la vida e intereses del conjunto de comunas que compongan la Confederación. Por supuesto que las decisiones correspondientes a cuestiones locales o regionales se tomarán en estos ámbitos puesto que partimos del concepto básico de autonomía. Bien entendido que autonomía en el federalismo supone mutua solidaridad y apoyo mutuo dentro de los intereses comunes.
Ante una extensión posible de la revolución fuera de los límites de la península ibérica, cabe imaginar la estructuración de una Confederación Internacional de Comunas Autónomas Libertarias, formación que implicaría naturalmente la desaparición de las grandes concentraciones de poder que representan hoy todos los Estados.
La comuna autónoma
Esta entendería en la gestión de los problemas que afectan a la vida y convivencia de la colectividad. Cuestiones tales como la sanidad, el urbanismo, la vivienda, la enseñanza la cultura, el ocio, los transportes locales, la demografía y las estadísticas, la distribución y el consumo estarían a cargo de los organismos especializados creados por la comuna y que se desenvolverían bajo la supervisión de la misma. En los diversos barrios y distritos, los ciudadanos/as tomarán decisiones y ellas constituirán la voluntad decisoria sobre todos los problemas de la vida ciudadana.
Los problemas de carácter comarcal o regional se resolverán del mismo modo en cada ámbito, articulando las decisiones de abajo a arriba. Las correspondientes a niveles más elevados (nacional o ibérico) seguirán la misma modalidad, refiriéndose, como ya hemos apuntado a todas las cuestiones, de diversa importancia y transcendencia relativa al conjunto de la sociedad. Finalmente, del mismo modo federalista la voz de la C.I.C.A.L. se dejaría oír en el concierto de la confederación internacional, si ésta existiese.
Toda actividad de carácter social en el área de la comuna tendrá punto de convergencia en la misma.
De los organismo técnicos
Como ya se ha sugerido, las comunas crearían en su seno tantos organismos especializados como necesidades reales existan. A este nivel local la comuna, tras llevar a cabo un inventario general de todos los bienes ahora comunes se hace cargo de la administración de los mismos y de aquellas funciones productivas relacionadas con la vida local, en el sentido indicado cuando nos referimos a los aspectos económico-productivos. Estos estarán como tales presentes por medio dé un organismo especializado en el seno de la comuna. Este organismo no será otro que el del consejo local de economía.
A niveles regionales, los consejos regionales de economía estarán representados en las respectivas federaciones regionales de comunas y por fin en el ámbito nacional o ibérico, el consejo nacional o ibérico de economía estará representado en la Confederación Ibérica de Comunas Autónomas Libertarias. De este modo se fundirán armoniosamente las actividades económico productivas con las de relación humana.
Caben aquí algunas consideraciones importantes en cuanto a la complementariedad sindical. La Comuna representará por su propia naturaleza la integralidad de las personas en todos sus aspectos. Sería misión de la comuna ordenar estadísticamente el consumo y la distribución por medio de sus lazos demográficos. Por tanto, y en última instancia el consumo deberá orientas la producción, puesto que sólo deberán producirse aquellos productos que sean necesarios para la subsistencia y el bienestar de la comunidad.
Esto quiere decir que los servicios estadísticos de la comuna significarán un factor de racionalidad económica. Del mismo modo, las aspiraciones cambiantes de la sociedad viva, reflejadas en los acuerdos de las comunas a todos los niveles, serán otros tantos factores orientados a la racionalidad económica, a servir los fines integrales de la persona, y a facilitar los cambios necesarios en el concierto general de la vida social.
Pensamos que el complejo mundo de las relaciones económico-productivas y el de las relaciones humanas generales podrían ser influidas y controladas de principio a fin por la persona a través del canal de la comunicación ciudadana de las Comunas Libres articuladas de abajo a arriba y a todos los niveles.
De la producción y el consumo
Aunque sean de esperar verdaderos prodigios por parte de la tecnología actual, la sociedad comunista libertaria no podrá todavía aplicar, de entrada, la fórmula kropotkiniana de la «toma del montón» y probablemente serán necesarios controles sociales en cuanto a la distribución y el consumo y éste deberá estar condicionado por las posibilidades reales de la producción.
Otra cuestión a resolver será la del medio o signo de cambio destinado a obtener los productos necesarios para cubrir las necesidades de todos; el medio propuesto por el Congreso de Zaragoza fue la «carta del productor», extendida por los comités o consejos de fábrica o de cultivo a los productores, facilitando a su vez los consejos comunales, cartas de consumo a los integrantes de la población pasiva. Desarrollando esta misma iniciativa, surgió la idea de un signo de cambio que no podría capitalizarse, dado que no tendría el menor sentido en un sistema en que no existiría la propiedad privada ni explotación posible del trabajo ajeno. Serán las comunas quienes repartan los bonos de adquisición. Este signo de cambio tendría como fin esencial regular la distribución de los productos.
Otros problemas de la sociedad comunista libertaria
Trazadas las líneas generales de cómo entendemos hoy la futura sociedad comunista libertaria, consideramos ocioso entrar hoy, a tan distante perspectiva, en pormenorizaciones sobre otros aspectos de la vida social, como puede ser la pedagogía, las relaciones sexuales, el problema religioso, y una multitud de prácticas que florecerán espontáneamente en las comunidades libertarias y que apenas podemos imaginar hoy.
Queda la cuestión de desmitificar la revolución y hay que entenderla como una tremenda fractura que pondrá a prueba la voluntad y la inteligencia de los revolucionarios que pongan los cimientos de la nueva sociedad. Esta no sería de la noche a la mañana algo idílico. Habrá dificultades de todo tipo pero no insalvables, dado que la creatividad y el impulso revolucionario serán las grandes herramientas que arrumbarán el viejo mundo y sienten las bases de otro completamente nuevo. Entre las dificultades estará la necesidad de defender por las armas la revolución como ya preveyeron los compañeros de 1936. Los militantes de 1936 venteaban los acontecimientos revolucionarios, nosotros hoy debemos ir creando sin pausa las condiciones objetivas para el cambio expresadas claramente en el dictamen de Zaragoza de 1936,

Las Tácticas: la Acción Directa

Estos son los procedimientos o medios que la C.N.T. pone en practica cotidianamente para reafirmar los principios que la animan y crear las condiciones que facilitarán en su día el logro de las finalidades. En este punto la C.N.T. y el Anarcosindicalismo se juegan toda su credibilidad ante los trabajadores, y por ende las posibilidades ulteriores de un crecimiento que le permita extenderse a todos los sectores como alternativa revolucionaria decisiva.
Afirmamos que el problema de los fines y los medios constituye hoy el punto clave con el que se enfrenta, genéricamente hablando, el socialismo. Dentro de este campo solo ganarán la credibilidad final del pueblo aquellos sectores que presenten una coherencia total entre los fines propuestos y los medios puestos en juego para lograrlos. Esto quiere decir que los medios o tácticas o prácticas utilizadas, nunca deberán entrar en contradicción con los principios y finalidades, so pena de invalidar a estos últimos por completo. El testimonio histórico es claro: los que trataron de hacer compatible el logro de la sociedad sin Estado y sin Clases con la conquista revolucionaria del poder político y la creación de un Estado provisional o transitorio derivaron finalmente hacia el Estado totalitario que hoy oprime a estos pueblos y silencia y tortura a los disidentes. Por otra parte, los que, reclamándose de iguales principios y fines, pusieron toda su confianza en la conquista de ese mismo poder político mediante el voto popular, acabaron siendo absorbidos por la democracia burguesa, de la que se constituyeron en fieles administradores. De este modo las aspiraciones revolucionarias de la clase trabajadora han sufrido un evidente revés. Los trabajadores han perdido en gran parte sus objetivos como consecuencia de las manipulaciones de partidos y sindicatos que, en la mayoría de los casos, apuntan a un reformismo corporativista, que lleva a la perduración indefinida del sistema de explotación que padecemos.
La C.N.T., el anarcosindicalismo, lucha, para, por una parte, no ser asimilado por el sistema y, por otra obtener nuevas vías de penetración que permitan acercamos a la revolución y al tipo de sociedad futura a la que aspiramos.
La C.N.T. debe conseguir a través de sus tácticas entiéndase sus medios o prácticas, acercarse cada día más a los fines propuestos por lenta que esta aproximación pueda parecer. Para ello debemos evitar el tipo de contradicciones sufridas por otras organizaciones llamadas revolucionarias, si queremos preservar nuestra identidad.
El anarcosindicalismo, sin embargo, precisa hoy de una evolución imaginativa y combativa, si pretendemos enfrentarnos a la fuerte oposición que ejerce en la actualidad el sistema en todos los órdenes de nuestra vida tanto en el aspecto laboral como social y cultural. Sin este esfuerzo, en todos y cada uno de los puntos en que somos explotados y oprimidos, nuestras pretensiones revolucionarias quedarán inevitablemente ahogadas. Nuestras tácticas o medios se resumen en lo que llamamos acción directa. Esta deriva naturalmente de los análisis realizados al definir los principios y finalidades y las nociones de anticapitalismo, antiestatismo y federalismo En realidad, la acción directa, que a ojos del observador superficial puede parecer como acción violenta y desnuda, es otra cosa muy distinta, aunque asuma o pueda asumir llegado el momento, la violencia revolucionaria. Se trata de una metodología que resume la visión global del mundo que profesan los/as anarcosindicalistas y en la que se funden armoniosamente los planteamientos teóricos con la acción práctica encaminada a realizarlos, sin fracturas ni contradicciones.
La acción directa es la única asumible por nuestra militancia y viene prefigurada en todas las aspiraciones enunciadas. La visión antiautoritaria de la historia, la nueva ética de la responsabilidad personal e intransferible, el carácter soberano que adscribimos a la persona humana para determinar su destino, nos lleva a rechazar cualquier forma de mediación o de renuncia de la libertad y de la iniciativa individual y colectiva en segundos o terceros, no importa quiénes sean dejando en sus manos TODO el poder de decisión. ESTA RENUNCIA ES EL HECHO CLAVE, la pendiente por la que se deslizan hacia su ruina las diversas escuelas del socialismo que exigen la dependencia del ciudadano. Pero queremos dejar bien sentado que la acción directa no presupone la acción individual y aislada de la persona, sino la actuación colectiva y solidaria de todos los trabajadores y trabajadoras para resolver sus problemas en el momento histórico que vivimos, frente a los individuos que detentan el poder o sus intermediarios. Y será ese colectivo de trabajadores el encargado en todo momento de arbitrar los medios para aplicar esa acción directa del modo que el conjunto o asamblea considere más oportuno en cada caso, siempre que no se vaya contra la esencia misma de la C.N.T. La defensa de los trabajadores es un derecho y un deber ineludible para lo cual pueden utilizarse métodos variados y que van desde el label, censura sindical, trabajo lento, boicot... hasta la huelga de solidaridad y la huelga general revolucionaria.
Esta acción directa en definitiva nos lleva a rechazar parlamentos, elecciones parlamentarias y referendos, instituciones todas que son la clave de la intermediación. En el terreno económico reivindicativo y por las mismas razones, rechazamos todo tipo de entidades arbitrales entre el capital y el trabajo, como jurados mixtos comisiones de arbitraje etc. manifestándonos en favor de la confrontación libre y directa del capital y el trabajo. Es por todo lo dicho, en suma, por lo que rechazamos el Estado en todas sus formas.
La acción Directa. CNT  Madrid.

Solidaridad y Apoyo Mutuo

En la construcción de la nueva sociedad y en la lucha diaria en defensa de los intereses propios de los trabajadores, ambos conceptos son el aglutinante de la acción colectiva en la persecución del bien común de toda la sociedad.
"Ser libre para el hombre significa ser reconocido y considerado y tratado como tal por otro hombre, por todos los hombres que lo rodean. La libertad no es, pues, un hecho de aislamiento, sino de reflexión mutua; no de exclusión, sino, al contrario, de alianza, pues la libertad de todo individuo no es otra cosa que elreflejo de su humanidad o de su derecho humano en la conciencia de todos los hombres libres, sus hermanos, sus iguales.
No soy verdaderamente libre más que cuando todos los seres humanos que me rodean, hombres y mujeres, son igualmente libres. La libertad de otro, lejos de ser un límite o la negación de mi libertad, es al contrario su condición necesaria y su confirmación. No me hago libre verdaderamente más que por la libertad de los otros, de suerte que cuanto más numerosos son los hombres libres que me rodean y más vasta es su libertad, más extensa, más profunda y más amplia se vuelve mi libertad. Es, al contrario, la esclavitud de los hombres la que pone una barrera a mi libertad, o lo que es lo mismo, su animalidad es una negación de mi humanidad, porque - una vez más - no puedo decirme verdaderamente libre más que cuando mi libertad, o, lo que quiere decir lo mismo, cuando mi dignidad de hombre, mi derecho humano, que consisten en no obedecer a ningún otro hombre y en no determinar mis actos más que conforme a mis convicciones propias, reflejados por la conciencia igualmente libre de todos, vuelven a mí confirmados por el asentimiento de todo el mundo."
(Mijail Bakunin)
Solidaridad y apoyo  mutuo. CNT Madrid.

El Federalismo

Por ser la federación la base de la sociedad futura, la C.N.T. proclama el federalismo como el nexo de articulación libre y solidaria, sin autoritarismo ni coacción, de todos los grupos económicos y de relación humana general, que cumplirán en la nueva convivencia las funciones básicas de la vida social en todos sus aspectos.
El federalismo constituye hoy también. el principio esencial que rige las actividades de la C.N.T. en el plano estructural y en el del funcionamiento interno de la misma, garantizando de este modo la libertad y la igualdad decisoria de los individuos y los sindicatos integrados en la organización.
Dada su estructura no jerárquica y sus contenidos federalistas, la C.N.T. rechaza cualquier tipo de función dirigente, así como la figura de lideres o jefes carismáticos. El federalismo de C.N.T. no es una descentralización de un poder central, en diferentes poderes a más bajo nivel. Quiere decir lo anterior, en uno de sus aspectos, que tomamos postura decidida contra todo tipo de centralismo. Afirmamos por ello que en su organización y funcionamiento interno la C.N.T. prefigura el tipo de sociedad a que aspiramos, dado que el futuro, para realizarse, debe estar contenido ya como germen en el presente.
«Cada sindicato de la CNT posee autonomía para actuar dentro del ámbito correspondiente a su ramo laboral y a la vez se confedera con el resto de sindicatos de la misma localidad, región, etc. para actuar unidos ante las circunstancias que les afectan a todos por igual. Los trabajadores se asocian en sindicatos, estos se federan a nivel local, regional y nacional en la CNT y a su vez esta se federa con sindicatos de todo el mundo en la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), la I Internacional, la asociación internacional anarcosindicalista.»
(Extraido de ¿Qué es la CNT?)
Símbolo del  federalismo: La Hidra - CNT Madrid

Otras formas de poder

Consecuentes con la idea de que la teología está en la raíz de todo gobierno político, el anarcosindicalismo se manifiesta contrario a todas las religiones e iglesias así como a las formas filosóficas e ideológicas que se opongan al desarrollo crítico del individuo.
La culminación de las luchas transformadoras contra el capitalismo y el Estado constituyen la finalidad esencial del anarcosindicalismo y por tanto de la C.N.T. Aquellos dos frentes fundamentales de lucha contienen todos los demás frentes posibles. Por ello la C.N.T prestará suma atención y apoyara la acción contra las realidades derivadas de la actuación corruptora del Estado y del productivismo capitalista, la cual atenta contra la naturaleza y degrada, afectando con ello al equilibrio mismo del hombre en su entorno. Por ejemplo, la lucha ciudadana y otras, se deben realizar en base a la militancia, deseable y voluntaria, de los cenetistas a través de las organizaciones de barrio.
De todo lo expuesto se deduce que las profundas transformaciones económicas y político-sociales apuntadas como aspiraciones del anarcosindicalismo y de la C.N.T. sólo podrán plasmarse finalmente con la consecución del comunismo libertario, siendo éste, en realidad, la materialización de aquéllas.
Contra  toda forma de autoridad. CNT -AIT.

Antimilitarismo e Internacionalismo

Estas dos definiciones, conexas entre si, forman parte de las convicciones profundas de la C.N.T. y se relacionan con la necesidad de superar los Estados nacionales y las amenazadoras concentraciones de poder que ellos representan. Al mismo tiempo ello nos lleva a la necesidad de articular una actividad en el plano internacional junto con las organizaciones afines del anarcosindicalismo de otros países al objeto de mantener mancomunadamente una lucha en este frente.
"La educación de los militares, desde el soldado raso hasta las más altas jerarquías,les convierte necesariamente en enemigos de la sociedad civil y el pueblo. Incluso su uniforme, con todos esos adornos ridículos que distinguen los regimientos y los grados, todas esas tonterías infantiles que ocupan buena parte de su existencia y les haría parecer payasos si no estuvieran siempre amenazantes, todo ello les separa de la sociedad. Ese atavío y sus mil ceremonias pueriles, entre las que transcurre la vida sin más objetivo que entrenarse para la matanza y la destrucción, serían humillantes para hombres que no hubieran perdido el sentimiento de la dignidad humana. Morirían de vergüenza si no hubieran llegado, mediante una sistemática perversión de ideas, a hacerlo fuente de vanidad.La obediencia pasiva es su mayor virtud. Sometidos a una disciplina despótica, acaban sintiendo horror de cualquiera que se mueva libremente. Quieren imponer a la fuerza la disciplina brutal, el orden estúpido del que ellos mismos son víctimas."
(Mijail Bakunin)
AIT. Asociación  Internacional de los Trabajadores. Internacionalismo.

Antiestatismo

Según lo antes expuesto resulta evidente que una de las finalidades del anarcosindicalismo es la destrucción del Estado, realidad político-jurídica que sostiene y sacraliza por medio de su diversos estamentos y leyes -parlamentos, senados, constituciones, organismos arbitradores, cuerpos policiales y represivos de todas clases y en último lugar, el ejército- las formas económicas de explotación.
Es obvio que el Estado constituye la representación de la clase dominante, sosteniendo, en el caso de la llamada sociedad occidental en que vivimos, la propiedad privada de los medios de producción y la economía de mercado. Esto conlleva la tradicional minoría de edad del ciudadano y el mantenimiento del actual sistema por medio de la represión y del terrorismo institucionalizado. Frente a ello, el anarcosindicalismo opone al Estado la libre federación de comunas autónomas libertarias.
"Soy un amante fanático de la libertad, considero que es la única condición bajo la cual la inteligencia, la dignidad y la felicidad humana pueden desarrollarse y crecer; no la libertad puramente formal concedida, delimitada y regulada por el Estado, un eterno engaño que en realidad no representa otra cosa que el privilegio de algunos fundado en la esclavitud del resto; no la libertad individualista, egoísta, mezquina y ficticia ensalzada por la Escuela de J.J. Rousseau y otras escuelas del liberalismo burgués, que entiende que el Estado, limitando los derechos de cada uno, representa la condición de posibilidad de los derechos de todos, una idea que por necesidad conduce a la reducción de los derechos de cada uno a cero. No, yo me refiero a la única clase de libertad que merece tal nombre, la libertad que consiste en el completo desarrollo de todas las capacidades materiales, intelectuales y morales que permanecen latentes en cada persona; libertad que no conoce más restricciones que aquellas que vienen determinadas por las leyes de nuestra propia naturaleza individual, y que no pueden ser consideradas propiamente restricciones, puesto que no se trata de leyes impuestas por un legislador externo, ya se halle a la par o por encima de nosotros, sino que son inmanentes e inherentes a nosotros mismos, constituyendo la propia base de nuestro ser material, intelectual y moral: no nos limitan sino que son las condiciones reales e inmediatas de nuestra libertad."
(Mijail Bakunin)
Antiestatismo. Contra toda  forma de autoridad. CNT Madrid.

Anticapitalismo

El anarcosindicalismo se opone de modo radical al sistema establecido por el capitalismo liberal o por el capitalismo de estado en todas sus variantes.
El capitalismo, independientemente de sus transformaciones presentes o futuras, representa la explotación económica derivada de la propiedad privada de los medios de producción y la subsiguiente capitalización de éstos por unos pocos, sin importar que los explotadores se representen individualizados o de modo anónimo o colectivo. El capitalismo de Estado por su parte, se apropia de la propiedad en beneficio de un sector privilegiado integrado en el Estado.
Tanto en uno como en otro sistema el individuo, el trabajador, no es dueño de su trabajo ni de sus decisiones. En una parte se aduce la necesidad de la economía (dominada por los grandes propietarios y financieros amparados por el Estado), en la otra se sacrifica a la clase trabajadora en nombre de un falso «bien común» impuesto por el Estado. Ambos sistemas desarrollan sus instituciones (medios de represión) a través de la clase gobernante: leyes, organismos de justicia, cárceles, policía, ejército etc. para dominar a los gobernados e imponer la cultura propia del sistema.
"Somos ricos en las sociedades civilizadas. ¿Por qué hay, pues, esa miseria entorno nuestro? ¿Por qué ese trabajo penoso y embrutecedor de las masas? ¿Por qué esa inseguridad del mañana (hasta para el trabajador mejor retribuido) en medio de las riquezas heredadas del ayer y a pesar de los poderosos medios de producción que darían a todos el bienestar a cambio de algunas horas de trabajo cotidiano?
Los socialistas lo han dicho y repetido hasta la saciedad. Porque todo lo necesario para la producción ha sido acaparado por algunos en el transcurso de esta larga historia de saqueos, guerras, ignorancia y opresión en que ha vivido la humanidad antes de aprender a domar las fuerzas de la naturaleza. Porque, amparándose en pretendidos derechos adquiridos en el pasado, hoy se apropian dos tercios del producto del trabajo humano, dilapidándolos del modo más insensato y escandaloso. Porque reduciendo a las masas al punto de no tener con qué vivir un mes o una semana, no permiten al hombre trabajar sino consintiendo en dejarse quitar la parte del león. Porque le impiden producir lo que necesita y le fuerzan a producir, no lo necesario para los demás, sino lo que más grandes beneficios promete al acaparador. Contémplese un país, civilizado.
Las ciudades; enlazadas entre sí con carriles de hierro y líneas de navegación, son organismos que han vivido siglos. Profundizad en su historia, y veréis cómo la civilización de la ciudad, su industria, su genio, han crecido lentamente y madurado por el concurso de todos sus habitantes antes de llegar a ser lo que son hoy.
Y aun ahora, el valor de cada casa, de cada taller, de cada fábrica, de cada almacén, sólo es producto de la labor acumulada de millones de trabajadores sepultados bajo tierra, y no se mantiene sino por el esfuerzo de legiones de hombres que habitan en ese punto del globo. Millones de seres humanos han trabajado para crear esta civilización de la que hoy nos gloriamos. Otros millones, diseminados por todos los ámbitos del globo, trabajan para sostenerla. Sin ellos, no quedarían más que escombros de ella dentro de cincuenta años.
Hasta el pensamiento, hasta la invención, son hechos colectivos, producto del pasado y del presente. Millares de inventores han preparado el invento de cada una de esas máquinas, en las cuales admira el hombre su genio. Miles de escritores, poetas y sabios han trabajado para elaborar el saber, extinguir el error y crear esa atmósfera de pensamiento científico, sin la cual no hubiera podido aparecer ninguna de las maravillas de nuestro siglo. Pero esos millares de filósofos, poetas, sabios e inventores, ¿no hablan sido también inspirados por la labor de los siglos anteriores? ¿No fueron durante su vida alimentados y sostenidos, así en lo físico como en lo moral por legiones de trabajadores y artesanos de todas clases? ¿No adquirieron su fuerza impulsiva en lo que les rodeaba?
Cada máquina tiene la misma historia: larga historia de noches en blanco y de miseria; de desilusiones y de alegrías, de mejoras parciales halladas por varias generaciones de obreros desconocidos que venían a añadir al primitivo invento esas pequeñas nonadas sin las cuales permanecería estéril la idea más fecunda. Aún más: cada nueva invención es una síntesis resultante de mil inventos anteriores en el inmenso campo de la mecánica y de la industria. Ciencia e industria, saber y aplicación, descubrimiento y realización práctica que conduce a nuevas invenciones, trabajo o cerebral y trabajo manual, idea y labor de los brazos, todo se enlaza. Cada descubrimiento, cada progreso, cada aumento de la riqueza de la humanidad, tiene su origen en el conjunto del trabajo manual y cerebral, pasado y presente. Entonces, ¿qué derecho asiste a nadie para apropiarse la menor partícula de ese inmenso todo y decir: Esto es mío y no vuestro?" (Piotr Kropotkin)
El poder  corrompe. Rebelión en la granja. Orwell.

Principios y finalidades

El anarcosindicalismo es en realidad, desde el punto de vista de los principios una visión determinada del mundo que se corresponde con la filosofía antiautoritaria y emancipadora del anarquismo y por ello exterioriza su oposición a toda explotación tanto económica como política y a toda alienación religiosa siendo su objetivo fundamental y prioritario el de propagar esas ideas al mundo del trabajo por medio del sindicato. Actúa en el campo sindical, porque donde realmente el individuo siente la explotación es en el campo de lo económico, donde la lucha de clases se da con más claridad y es asumida por la mayoría de los trabajadores. Hay que pensar, y la historia lo viene demostrando, que las revueltas e intentos revolucionarios se quedan en nada, si en los países donde se dan no existe una organización sindical revolucionaria.
Hay que resaltar que esta actitud de oposición a toda explotación no puede calificarse de mera ideología o producto de laboratorio sino que responde a una constante del ser humano a lo largo de la historia, en su lucha sin tregua contra todo tipo de opresión. Esa lucha constituye la reivindicación del derecho a ser y a disponer libremente del propio destino, junto al deseo solidario de que todas las personas, de un modo colectivo, alcancemos ese derecho. No habrá verdadera libertad mientras una sola persona permanezca sometida a otros semejantes. El mérito del pensamiento libertario reside tan solo en el esclarecimiento de este hecho ante la conciencia de la persona.
Frente al mundo de opresión constante y en múltiples sentidos que padecemos, el anarquista opone su rebelión. Su visión parte de una ruptura total con los valores políticos, económicos y culturales establecidos por las clases dominantes a través de la historia. Para el anarcosindicalismo la evolución histórica, si tiene un sentido debe culminar en una ética de la responsabilidad personal e intransferible, opuesta de modo radical a la constante histórica de dominación. Esta ruptura supone el que el anarcosindicalismo contraponga a los valores de la sociedad establecida sus propios valores. Mediante éstos los trabajadores se convierten en agentes soberanos y activos de la transformación social. Para llevar a cabo esta transformación en profundidad, el anarcosindicalismo se materializa en la forma organizativa concreta que denominamos C.N.T. (Confederación Nacional del Trabajo).
La Revolución. CNT-AIT.

Anarcosindicalismo: definición y práctica

Entendemos el anarcosindicalismo como la síntesis de la teoría y práctica del anarquismo actuando sobre y en todo tipo de asociacionismo obrero que confluye en un sindicato. Se trata en rigor de una síntesis del anarquismo y el sindicalismo revolucionario para impulsar el cambio de sociedad actual desde el mundo del trabajo. El anarquismo ha sido la fuente de inspiración del sindicalismo revolucionario nacido en Francia en el siglo pasado, por lo que se le puede decir, según hace actualmente la A.I.T., como sinónimo de anarcosindicalismo. Es preciso establecer una diferenciación en los contenidos esenciales que caracterizan la acción del sindicalismo revolucionario que propugna y practica el anarcosindicalismo y el que propugnan ciertos grupos y sectores bastante alejados del movimiento libertario, a pesar de que emplean, desvirtuando su contenido, la frase de «sindicalismo revolucionario». No entendemos por sindicalismo revolucionario más que aquel movimiento que, surgido de entre las clases explotadas y oprimidas, aspira a la destrucción del sistema establecido para, por medio de una acción directa y antiautoritaria, desmontar los mecanismos de dominación poniendo todos los medios de producción al servicio de los trabajadores, los cuales tomarán en cualquier circunstancia las decisiones que crean convenientes sin conocer ningún otro tipo de mediación, imposición o poder que no sea el dimanado de los propios trabajadores.
Abundando en lo anterior, ratificamos los acuerdos adoptados por el Congreso Constitutivo de la Asociación Internacional de Trabajadores celebrado en Berlín en diciembre de 1922 y modificados en el IV Congreso de Madrid de 1931 y en el V Congreso de París de 1935.
Sindicalismo  revolucionario. Anarcosindicalismo. CNT Madrid.

La CNT en la actualidad

La CNT a comienzos de los noventa

Desde que la CNT se vio confrontada con la realidad cotidiana del país tras la caida de la dictadura, y sobre todo desde que tuvo que realizar la necesaria clarificación ideológica convocando su V Congreso Confederal en 1979, la alianza provisional de grupos, corrientes y tendencias que la integraban saltó por los aires. Aquellos militantes que se habían arrimado al anarcosindicalismo al calor de la reconstrucción de la prestigiosa CNT, la abandonaron rápidamente: cincopuntistas, cristianos, nacionalistas, marxistas heterodoxos, etc. Fracasados sus intentos de controlar la estructura orgánica confederal por medio de una organización paralela y, por eso mismo, derrotados en el Congreso, tomaron su propio camino y, tras la segunda escisión del VI Congreso, dieron lugar a lo que terminaría siendo en 1989 la CGT (Confederación General del Trabajo).
Así pues, la CNT inaguraba una nueva década tras el calvaro vivido a lo largo de los años ochenta. Se enfrentaba al nuevo contexto social e internacional que se abría en la década de los noventa, con la participación en la gestión del capitalismo de las "izquierdas" políticas, la desintegración de la URSS y los inicios de la globalización capitalista.
En abril de 1990 la Confederación celebró su VII Congreso en Bilbao, ya sin los problemas vividos en los dos últimos Congresos. Finalizada la gestión de José Luis García Rua a la cabeza del Comité Nacional, Vicente Vilanova fue elegido nuevo Secretario General de la CNT.
VII Congreso de CNT en Bilbao. 1990.
Foto de una de las sesiones del VII Congreso en Bilbao.
La debilitación de la presencia anarcosindicalista en el movimiento obrero posibilitó la pérdida de derechos adquiridos tras una larga y dura lucha sindical, por la desregulación y precarización laboral implantadas con la peor de las corrupciones que asolaban (y asolan) el país: la corrupción sindical. Una corrupción oficialmente silenciada, que pervirtió el sindicalismo en general a los ojos de los trabajadores, pero que fue protagonizada fundamentalmente por los sindicatos institucionales CC.OO. y UGT (los otros no porque no podían), quienes cobraban (y cobran) subvenciones y sumas millonarias a gobiernos y empresas como pago a su traición, por aceptar cuantas medidas se adoptaban en defensa del capital y su creciente acumulación de beneficios. En este contexto se enmarcaron las numerosas reformas que se llevaron a cabo a lo largo de la década de los noventa, a lo que habría que añadir los procesos en los que se completó la casi total privatización de todo el sector público empresarial y el proceso de reconversión iniciado en los años ochenta.
En 1992 el Gobierno del PSOE llevó a cabo la tercera reforma laboral desde la llamada transición mediante la promulgación del decreto de medidas urgentes de fomento de empleo y protección del desempleo conocidas como el "decretazo". El decretazo suponía un triple recorte: disminuir los parados con derecho a prestación, disminuir la cuantía y el periodo de percepción de las prestaciones, y disminuir la aportación del estado.
Apenas dos años más tarde, con una tasa de paro del 25%, el gobierno impondría una nueva reforma laboral que entre otras cosas se ocupaba de la contratación temporal. Esta reforma también introdujo el contrato de aprendizaje, contrato-basura para los jóvenes. Pero sin lugar a dudas la “medida estrella” tomada en 1994 fue la ley que legalizaba la cesión de mano de obra, el prestamismo laboral, en menoscabo de los servicios públicos de empleo. De este modo junto a la contratación temporal realizada directamente por los empresarios se unía la que facilitaban las Empresas de Trabajo Temporal (ETT) a través del contrato de puesta a disposición.
Esta última reforma laboral aumentó los márgenes de poder empresarial en el despido, incorporó el llamado despido económico mediante el cual los empresarios tuvieron la potestad de despedir al 10% de la plantilla sin necesidad de recurrir al Expediente de Regulación de Empleo y las condiciones de trabajo se vieron alteradas en aspectos como la movilidad funcional y geográfica, la polivalencia de los puestos de trabajo, la jornada laboral, vacaciones y descansos.
Del 6 al 10 de diciembre de 1995 se celebró el VIII Congreso de la CNT en Granada. Bajo el lema "Por la dignidad de la clase obrera", se desarrollaron las sesiones de este Congreso, al que acudieron unos 400 delegados. El gran reto de CNT era superar la crisis de la lucha social, ante el sindicalismo "a la alemana" de los sindicatos "mayoritarios". Mientras UGT y CCOO pactaban la mediacion en las huelgas, CNT debía tener presencia en la calle, en las diferentes luchas laborales y sociales y, en definitiva, mostrarse como un sindicato asequible, abierto y con medios modernos, en el que se combinaran el realismo ante la situacion actual y la lucha por la transformacón de la sociedad.

La lucha por el patrimonio sindical histórico y acumulado

En el año 1.986, se había promulgado la Ley de devolución de los bienes incautados a los Sindicatos durante la era franquista. La devolución de estos bienes se refería tanto a los del patrimonio histórico como los del acumulado.
Pero con referencia al patrimonio histórico solamente la UGT, y a partir del citado año, había recibido una compensación por los bienes incautados por el franquismo. Sólo ese año, en total recibió 4100 millones de pesetas. A esto habría que añadir las diferentes sumas económicas y locales que se le entragron en los años sucesivos. También habían tenido acceso a locales que provenían del antiguo sindicato vertical, al que por ley estaban inscritos en él todos los trabajadores. A la UGT, le habían sido abonadas importantes sumas, sin duda por los buenos oficios del PSOE, al cual le convenía que el sindicato de tendencia socialista, fuera el que ostentase la primacía en todo el Estado.
Calle Magdalena. Local de CNT.
Antigua sede del del Comité Nacional de CNT, en la calle Magdalena de Madrid.
A la CNT, por el contrario, le había sido denegado sistemáticamente, tanto el uso y disfrute de los locales del patrimonio acumulado, que si les habían sido concedidos a otros sindicatos como UGT, CC.OO., ELA, USO, etc. La central anarcosindicalista, absolutamente discriminada, se había visto desoída una y otra vez en la reclamación de lo que legítimamente le correspondía y cuyo patrimonio había sido fruto de las cotizaciones y aportaciones de sus afiliados. Y todo esto a pesar de que la CNT, y tal vez incluso por encima de la UGT, había sido el sindicato que más locales había mantenido antes del triunfo del fascismo.
No había que ser un genio para darse cuenta que la verdadera razón de tan desigual reparto era el miedo a un sindicalismo revolucionario y el favoritismo a un sindicalismo de servicios que funcionaba más como una agencia de seguros que como un sindicato de clase. Muchas fueron las reuniones y las largas que dieron durante estos años, para conseguir apenas unas migajas.
Hay que destacar los variopintos actos que los diversos sindicatos de la Confederación, a nivel de todo el estado organizaron para la recuperación del patrimonio histórico: campañas divulgativas, carteles, protestas y ocupación de locales. Aunque todo ello se había visto avocado a un silencio informativo, a la detención de compañeros que defendían a la Confederación, e incluso a declaraciones de los líderes de los "sindicatos mayoritarios" en las que tachaban de locos incluso de fascistas a los cenetistas.
Sin duda, la acción más sonada tuvo lugar el 5 de diciembre de 1996 en Madrid, donde cientos de personas, la mayoría pertenecientes a CNT, realizaron una concentración frente a la sede de Centro Económico y Social (CES), lugar donde estado, patronal, UGT y CCOO, pactaban la rendición anualmente de la clase trabajadora. Allí más de un centenar de cenetistas decidieron entrar en el edificio del CES para ocuparlo simbólicamente exigiendo que el ministro de trabajo, por aquel entonces Javier Arenas (PP), concediera una reunión para tratar el tema del patrimonio sindical que la CNT llevaba más de 20 años esperando. La negativa del ministro fue clara, mandó entrar a los antidisturbios en el edificio para desalojar como fuera a los allí congregados. Así lo hicieron, hiriendo y deteniendo a varias personas que participaban en la protesta. A su paso destrozaron diverso material que luego se imputaría a los cenetistas encerrados.
Por su parte más de 600 cenetistas y simpatizantes que les apoyaban fuera del CES empezaron a protestar por el centro de Madrid exigiendo la inmediata puesta en libertad de sus compañeros detenidos y manteniendo la exigencia del encuentro con miembros del Ministerio de Trabajo. Encuentro que se produjo, aunque lo silenciaran la administración y todos los media, que quedó una vez más en promesas incumplidas.
Al día siguiente los medios de comunicación eran un ejemplo de manipulación mediática al servicio del Estado-Capital. Los periódicos titulaban a bombo y platillo:
«Los anarquistas de la CNT destrozan el CES, la sede del dialogo Social.»
Los telediarios y medios radiofónicos hablaban de la "sinrazón" del vandalismo anarquista. Ningún medio habló de las reales causas del problema: la devolución del patrimonio sindical que el franquismo requisó a la CNT y el estado que se autodenomina democrático todavía poseía. Javier Arenas, ministro de trabajo, llegó a asegurar que la CNT nunca había solicitado nada a ese respecto. Una mentira escandalosa ya que la CNT había buscado por todas las vías la devolución del patrimonio y se había puesto en contacto con el Ministerio de Trabajo en reiteradas ocasiones.
Patrimonio Sindical Histórico y Acumulado.
Concentración de la CNT ante el edificio del CES.
También al día siguiente de la ocupación del CES aparecían en las portadas y fotos de todos los medios, junto a Javier Arenas, los respectivos Secretarios Generales de UGT y CCOO «condenando un acto irracional, injustificado y vandálico que ensucia las siglas de la CNT» se atrevieron a decir. Como consecuencia de la represión que sobrevino a la ocupación del CES, habría 117 militantes procesados en 1996 a la espera de ser juzgados.
Muchas fueron las críticas a la CNT por todas estas reivindicaciones, argumentando que se «reclamaba la propiedad privada», o que en el fondo era «igual que pedir subvenciones». Pero lo cierto es que, como se publicó en el peródico de la Confederación:
«Nos hemos negado a recibir subvenciones y otras prebendas. Pero no creerá la administración estatal que vamos a dejar que nos roben apoyados en la impunidad que goza dicha administración. Debemos ser los únicos que en un sistema que legitima la propiedad privada se nos niega dicho derecho. Y estaríamos dispuestos a desprendernos de dicha propiedad si los demás hicieran lo mismo. A pesar de todo la CNT ha seguido realizando su acción sindical y social en contra de todas las trabas. No han conseguido pararnos.»
[...]
«Nuestro objetivo es claro: la transformación social, y éste no lo podrán parar todos los juicios, los robos, atropellos, ataques, etc. Si nosotros tenemos claro qué es lo que podemos esperar del entramado sistema del Capital y el Estado, ellos deben saber lo que pueden esperar de nuestra organización y de nuestra militancia.»
Siguiendo en 1996, a lo largo de este año terminaría por estallar una nueva división a partir de la expulsión de la organización de catorce sindicatos, aunque esta vez sólo afectó al menos orgánicamente a Cataluña. El grupo escindido pasó a ser conocido como CNT Joaquín Costa, debido al nombre de la calle en la que se encontraba su sede en Barcelona.
En 1997, y de nuevo el 5 de diciembre, otros 12 militantes fueron detenidos en Tarragona por reivindicar el uso del patrimonio acumulado que utilizaba el INEM en vez de las organizaciones obreras como reclamaba CNT. Este mismo año García Rúa sería elegido Secretario General de la AIT, cargo que ocuparía hasta el año 2000.
Ya un poco antes, la decadencia de los movimientos sociales en los ochenta había comenzado a invertirse en la segunda mitad de los noventa con el alzamiento en México de los zapatistas en 1994, el cual catalizó la eclosión del movimiento antiglobalización. En este marco es en el que surgió, ya en octubre de 1995, el germen de lo que posteriormente sería conocido como "movimiento antiglobalización", con el motivo del 50º aniversario del FMI (Fondo Monetario Internacional) y el BM (Banco Mundial) celebrado en Madrid y en el que tuvieron lugar una serie de protestas por medio de una coordindora de grupos específica para la ocasión.
A pesar de todo, una CNT muy debilitada cerró el siglo XX casi al borde de la extenuación y no sería hasta principios del nuevo siglo XXI cuando la Confederación comanzara a ver algunos albores de recuperación.

Entrando en el siglo XXI

Desde finales de la década de los noventa y coincidiendo con las primeras manifestaciones del movimiento antiglobalización, se produjó una reconfiguración del movimiento libertario a nivel internacional que provocó un lento pero constante crecimiento del mismo, de su capacidad de influencia y de su potencial organizador. Dicho fenómeno se plasmó en un imparable proceso de recuperación de colectivos y organizaciones anarquistas o que asumían los principios, tácticas y finalidades (con matices) anarquistas sin llegar a denominarse como tales.
En ese contexto se dieron, por ejemplo, los procesos insurreccionales de Chiapas y Oaxaca en Centroamérica, la consolidación del movimiento libertario en el Cono Sur (sobre todo en Chile y Argentina), la rebelión antiautoritaria en Grecia y el aumento del peso específico de las federaciones y organizaciones anarquistas en todo el resto de Europa. Ejemplos puntuales de ese proceso de reorganización del movimiento libertario a escala internacional.
Asesinato de Carlo Giuliani en Genova.
Asesinato de Carlo Giuliani. Contracumbre del G-8 en Génova (Italia). 20 de julio de 2001.
El movimiento antiglobalización había reunido cerca de 200.000 manifestantes.
La actuación indiscriminada de los Carabinieri produjo más de 200 heridos y 50 detenidos,
además de múltiples denuncias por torturas y malos tratos en las comisarias.
Carlo Giuliani fue considerado la primera víctima del movimiento antiglobalización.
Por lo que respecta al anarcosindicalismo, ese proceso experimentó el aumento de las secciones de la AIT (Asociación Internacional de los Trabajadores) y en el crecimiento del número de militantes de los sindicatos federados. Muy especial fue el crecimiento del anarcosindicalismo en el contexto de la Europa del Este, donde la caída del comunismo había supuesto la entrada de un capitalismo feroz que había destrozado los derechos laborales y sociales de los trabajadores de estos países. Así pues, la ASI (sección serbia de la AIT) fue consolidándose como una alternativa anarquista y antinacionalista en el especial contexto balcánico. Igual de esperanzador fue la aparición y pronta consolidación del ZSP (anarcosindicato polaco).
En lo que respecta al caso español, la Confederación Nacional del Trabajo comenzó a experimentar atisbos de un ligero crecimiento aunque su influencia y capacidad de actuación estaban a años luz de la que se había vivido durante los años de lucha contra los Pactos de la Moncloa. En octubre del 2000 fue elegida como secretaria del Comité Nacional de la CNT Ana Sigüenza, lo que la convirtió en la primera mujer en el estado español que ocupaba dicho cargo en una central sindical de ámbito estatal.
A los pocos meses, el gobierno del PP promulgó una nueva reforma laboral -la séptima- mediante el decreto ley del 5 de marzo de 2001. Si la reforma del PP de 1997, ya fijo un mínimo de costos de despido, pérdida de prestaciones y afianzamiento de la precariedad, esta última rizó el rizo en el fondo y en la forma de toda la arbitrariedad explotadora.
Reforma laboral mayo 2001. Aznar.
Manifestación contra la reforma laboral. 4 de febrero de 2001. Madrid.
En febrero de 2002, en el municipio de Tomares (Sevilla), los trabajadores de recogida de basuras de la empresa Ferroser, en manos del grupo Ferrovial Servicios SA, se declararon en huelga para exigir contratos indefinidos y mejoras laborales. Después de veinte días de huelga, la CNT -sindicato con mayor numero de afiliados de entre los trabajadores de la empresa-, firmó un acuerdo con la susodicha en el cual se establecía las condiciones que demandaban los trabajadores de la plantilla. Sin embargo, un año después Ferroser incumplió el acuerdo y los trabajadores empezaron una épica huelga. A lo largo de la intensa huelga, los trabajadores realizaron una marcha hacia Sevilla y numerosos actos de protesta, en los que llegaron a darse enfrentamientos con las fuerzas policiales, hechos que el Ayuntamiento tomó como arsenal mediático para intentar criminalizar a los trabajadores declarados en huelga. Seis de los trabajadores llegaron icluso a declararse en huelga de hambre.
El lunes 28 de Julio de 2003, después de 134 días (4 meses y medio) de huelga indefinida, la sección sindical de la CNT de la limpieza informaba de la victoria conseguida en la lucha por un empleo digno. Hay que señalar que durante el transcurso del conflicto se dieron muchas acciones de solidaridad, tanto desde la Confederación a nivel estatal como de los movimientos sociales. A raiz de estas muestras, CNT señalaba en un comunicado:
«¿Pensabais que no? Pues sí, todavía existe eso que se llama SOLIDARIDAD OBRERA.»
Volviendo a la lucha por el patrimonio sindical, en el 2003 salió una sentencia favorable a la anarcosindical para que se procediera a la devolución de sus bienes históricos. Durante estos años se seguirían produciendo ocupaciones en Asturias, Cataluña, Andalucía, etc. en los edificios del patrimonio sindical acumulado que se habían establecido como sedes de la CNT en esos respectivos lugares. Los actos de protesta se fueron sucediendo en muchos sitios tales como Zamora. Pero el estado seguía reteniendo, con la ayuda de los restantes sindicatos, todo ese patrimonio que consiguieron mediante la lucha cientos de miles de trabajadores y que el franquismo les arrebató.
El 1 de marzo de 2004 comenzaría el juicio de los 105 anarcosindicalistas procesados por la ocupación del CES en Madrid por penas abusivas y destrozos que la misma policía había cometido.

Crecimiento y expansión de la CNT

Con el cambio de siglo se produjo un notable aumento de la afiliación, algo que se ha consolidado e incluso ha aumentado en los últimos tres años aproximadamente.
El 14 de marzo de 2004 tuvieron lugar las elecciones generales, tres días después del atentado del 11-M. Los comicios dieron la victoria al PSOE de Rodríguez Zapatero. A pesar de los nuevos aires que el PSOE de Zapatero pretendía traer a la Moncloa con su talante, las nuevas medidas encaminadas a desregularizar, más aún si cabe, el mercado de trabajo no se hicieron esperar demasiado.
En el 2006 CC.OO. y UGT firmaron junto al gobierno del PSOE y la patronal una nueva reforma del mercado de trabajo. Entre las medidas para impulsar la contratación indefinida y convertir el empleo temporal en fijo se encontraba el contrato "de fomento para la contratación indefinida", fruto de la reforma laboral de 1997 cuya indemnización en caso de improcedencia del despido era más barata, y que iba camino de normalizarse como el contrato indefinido que sustituiría al ordinario.
En respuesta, la CNT llevó a cabo una campaña contra la reforma y terminaría convocando para el 1 de abril de 2006 una manifestación en Madrid a la que acudirían alrededor de 4.000 personas. Como ya venía siendo habitual, la prensa burguesa ignoró lo sucedido a pesar de tratarse de la respuesta más contundente que se había dado en la calle hasta entonces.
1 de abril del 2006. Multitudinaria manifestación contra la reforma laboral.
Manifestación en Madrid contra la reforma laboral. 1 de abril del 2006.
Se trataba de la manifestacion mas grande de los ultimos años convocada por CNT en solitario. Sin duda algo estaba cambiando.
Desde el 2005 la CNT mantiene en lucha contra la empresa Mercadona. Las denuncias más destacadas y conocidos son las sentencias firmes por acoso a las trabajadoras, violación de su derecho al tiempo de lactancia para sus hijos y someter a los trabajadores a un examen anual de conducta.
Desde su comienzo, la campaña de los sindicatos contra la cadena de supermercados fue intensa y no tardo mucho en extenderse a todos los puntos del país. Una infinidad de piquetes, acciones, concentraciones y llamamientos al boicot se sucedieron a los largo de los años venideros hasta el día de hoy. También se llevaron a cabo multitud de manifestaciones como las primeras que tuvieron lugar en Bollullos Par del Condado (Huelva) el 3 de junio de 2005, las de Galicia y Sitges en mayo de 2006, Badalona y Hospitalet de Llobregat en julio de 2006 y un largo etcétera. Y por supuesto sin olvidar las manifestaciones que se dieron casi a diario por las calles de Barcelona desde que se anunció el comienzo de la huelga de los trabajadores de Mercadona de San Sadurní de Noya (Barcelona) en marzo de 2006. Además, las movilizaciones se multiplicaron a raiz de las agresiones perpetradas por cinco individuos a un miembro del Comité de Huelga de Mercadona en septiembre del mismo año. El 16 del mismo mes se celebró una manifestación a nivel estatal en Valencia y otra en Valladolid el 13 de enero de 2007.
Manifestaciones contra Mercadona.
Manifestación en Barceona. 1 de mayo de 2006.
A finales de abril de 2007, los trabajadores en huelga en huelga San Sadurní de Noya, anunciaron el comienzo de una huelga de hambre para exigir una solución a su conflicto y el respeto e igualdad de sus derechos laborales como trabajadores inmigrados. El anuncio había despertado bastante revuelo y atrajo la atención de varios medios de comunicación. Ante semejante situación, Mercadona se vio obligada a ceder y se sentó a negociar.
Finalmente, el conflicto pudo darse por concluido tras trece largos meses de una huelga que se había convertido en la huelga indefinida más larga de la historia de Cataluña.
Paralelamente, la revitalización que estaba experimentando la CNT también se estaba produciendo en el resto del movimiento libertario. Durante los primeros años de la década del 2000, la FIJL (Federación Ibérica de Juventudes Libertarias) fue evolucionando hacia las tesis del anarquismo insurreccionalista y las diferencias con el anarcosindicalismo se fueron agrandando. Finalmente, los golpes represivos sufridos por la organización la llevaron a la clandestinidad. En el 2006 una nueva generación de jóvenes decide formar una nueva FIJL que, a diferencia de la FIJL insurrecionalista, se identifican con el anarcosindicalismo y con el anarquismo organizado, seña de identidad del movimiento libertario ibérico. En el año 2007 se refunda definitivamente bajo el nombre de Federación Ibérica de Juventudes Anarquistas (FIJA) pero reconociéndose como continuadora de la FIJL histórica. Con el paso del tiempo nuevos grupos se han ido adheriendo a la Federación, que pasó a publicar "El Fuelle", órgano de expresión de la FIJA.
El 21 de jullio de 2007 Fidel Manrique es elegido Secretario General de la Confederación Nacional del Trabajo, pasando a residir el nuevo Comité Nacional en Torrelavega (Cantabria) hasta la actualidad.
El 29 de febrero de 2008 tienen lugar los disturbios en la Plaza de Tirso de Molina de Madrid, lugar en el que se encuentra la sede de la Federación Local de CNT Madrid, debido a la concentración de un grupo neonazi que prentedía manifestarse en la plaza con la excusa de tratarse de una campaña electoral. Pocos días antes se habían confirmado los rumores por lo que, ante la legalización de la concentración a las puertas de la sede de la Federación Local, la CNT madrileña hace un llamamiento a la opinión pública en el que convoca a la clase trabajadora en particular, y a la sociedad en general, a movilizarse y denuncia la actitud negligente de la Junta Electoral de Zona (encargada de legalizar el acto) a la que hace responsable de lo que pudiera pasar.
Como consecuencia, se produce una batalla campal en pleno centro de Madrid entre los cientos de manifestantes que habían acudido a protestar y las fuerzas del estado. La estrategia de la comunidad de Madrid, con Esperanza Aguirre a la cabeza como Presidenta de la Comunidad, no era otra que la de desprestigiar a la izquierda radical e inculcar el miedo y la inseguridad en la ciudadanía de manera que garantizase un jugoso reparto de votos favorables a la derecha en los comicios electorales con vistas a celebrarse el 9 de marzo.
Disturbios en Tirso de Molina.
Disturbios en Tirso de Molina. Madrid. 9 de febrero de 2008.
Este mismo año la CNT sostiene una sonada campaña contra la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores), tras haber demandado a la Confederación Nacional del Trabajo por una supuesta «intromisión ilegítima en el honor de la demandante». El origen de la demanda residía en un comunicado del Sindicato de Artes Gráficas de Madrid, publicado en su página web, en el que arremetía contra la SGAE y se solidarizaba con el portal de internet "alasbarricadas.org", que había sido demandado, a su vez, por la propia SGAE.
Considerando la demanda como un acto contra la libertad de expresión, y un ataque a la CNT en su conjunto, la anarcosindical responde como se merece. La campaña dura a lo largo de todo el 2008 y, entre otras cosas, se denunció la voracidad recaudatoria de la SGAE -ayudada por sus cómplices en el mundo de la política- y el proyectado canon digital, que no se había atrevido aún a implantar el PSOE (por interés electoralista) y al que se oponía el PP por ese mismo interés.
A lo largo de todo el año la SGAE fue asediada por medio de piquetes y concentraciones en distintos puntos del pais y diversos ámbitos como reuniones, celebraciones, conciertos, etc. en los que participaba la SGAE. El 15 de noviembre, tres días antes de la celebración del juicio, cerca de 2.000 personas convocadas por la CNT se manifestaron por las céntricas calles de Madrid.
CNT contra la SGAE.
Manifestación contra la SGAE. Madrid. 15 de noviembre de 2008.
Finalmente los juzgados dan la razón a la CNT. Esta sentencia, junto con otras de resolución similar que habían salido casi al mismo tiempo, supusieron un punto de inflexión para esta autodenominada Sociedad de Autores que hasta el momento se había creido legitimada y con la capacidad suficiente para poder robar impunemente a todo aquel que se lo propusiera.
Entrando en el 2009, y en plena crisis económica, la CNT de Lebrija lleva a cabo la primera huelga general del pais enmarcada en el actual contexto de crisis. La huelga es un éxito, siendo secundada por el 90% de la población -de veintiséis mil habitantes-, y deja solos a PSOE, IU, UGT y CCOO ante el plantón del pueblo que reclamaba el cese del "enchufismo" y transparencia en el trabajo creado con las ayudas anti-crisis. Según los informes publicados, los piquetes solo encuentran «una gasolinera y dos bares abiertos y ocho familias vendiendo fruta en la Plaza de Abastos».
Desde que se anunció la convocatoria de Huelga, tanto el ayuntamiento como los sindicatos CCOO y UGT, desataron una feroz campaña contra la CNT, recurriendo a todo tipo de sucias artimañas para intentar reventar la convocatoria. La huelga general buscaba la implicación de las empresas ubicadas en Lebrija, así como todos los organismos públicos, en lucha contra la pérdida de puestos de trabajo en la localidad; el cese de los despidos injustificados y arbitrarios de trabajadores del municipio; y se solicitaba el reparto del trabajo, eliminando las horas extras y fomentando la contratación.
Huelga general en Lebrija.
Huelga General en el municipio de Lebrija. 18 de febrero de 2009.
Apenas un mes después, el sábado 28 de marzo, la CNT se vuelve a manifestar en las calles de Madrid en protesta por el aumento de la precaridad laboral provocado por esta supuesta crisis económica que en realidad está sirviendo de excusa a la patronal para ganar terreno en detrimento de los derechos de la clase trabajadora. A pesar del mal tiempo la convocatoria reune a cerca de 2.500 personas.
Manifestación contra la crisis cnt.
Multitudinaria manifestación contra la crisis. 28 de marzo de 2009. Madrid.
A día de hoy, ante la nueva reforma laboral que se avecina y la reforma del sistema de pensiones, conocido como "el pensionazo", los sindicatos de la Confederación están sosteniendo una intensa campaña de oposición a estos nuevos planes de gobierno y patronal. Entre las múltiples acciones que se han realizado hasta la fecha, podría destacarse la manifestación que tuvo lugar por las calles de Santander y que reunió a centenares de manifestantes, contando también con el apoyo de militantes de la Regional Norte. Un acto este de la anarcosindical que no se veía por las calles de Santander desde los tiempos de la transición.
Sin lugar a dudas, el crecimiento de la anarcosindical queda constado con el incremento de actividad que se están dando en muchas regionales del pais, asi como por la proliferación de núcleos confederles como los de Ávila, Parla (Madrid), Coslada (Madrid), Pineda de Mar (Barcelona), Lora del Río (Sevilla), etc. o la creación y reaparición tras años de ausencia de nuevos sindicatos como los de Santander, Gandía, Elche o Las Palmas.
CNT Santander.
Manifestación contra la reforma laboral. Santander. 6 de marzo de 2010.
Conforme han ido creciendo las organizaciones libertarias, los procesos represivos contra las mismas han ido en aumento, sobre todo a raíz del proceso insurreccionalista en Grecia. En ese sentido, seis militantes de la ASI (entre ellos Ratibor Trivunac, por entonces Secretario General de la AIT) fueron detenidos sin pruebas y encerrados durante varios meses hasta que fueron puestos en libertad tras la celebración del jucio. Aún así el proceso continúa abierto. Asi mismo, la FAU (sección alemana de la AIT) de Berlín, y a raíz del conflicto que mantuvo contra los cines Babylon -muy famosos en la capital alemana-, ha sido condenada por un juzgado a renunciar a su actividad sindical. Estos son solo dos ejemplos de los procesos represivos emprendidos contra los anarcosindicalistas y anarquistas a nivel internacional.
Ante la situación de grave represión a la que están siendo sometidas estas dos secciones de la AIT, la CNT ha realizado en los últimos meses numerosas protestas en defensa de la internacional.
En los últimos años el incremento de conflictos laborales ha sido notable. Solo en lo que se refiere las cadenas de supermercados en los últimos tiempos la Confederación ha mantenido conflictos en todo el país con otras cadenas como Carrefour, Plus, Día, Caprabo ó Gadis. Y no olvidamos el conflicto con Mercadona, que continúa abierto por el acoso laboral y malos tratos permanentes hacia los trabajadores. En otros sectores se han mantenido conflictos importantes como lo fueron las huelgas de limpieza de metro en Madrid y de Clece en Sevilla en el 2007, o la de Costa Ballena (Rota) en el 2008.
Historia de la CNT.
1 de mayo de 2010. Madrid.
En el plazo de tres años la CNT ha estabilizado más de un centenar de secciones sindicales en el estado, demostrando que esta estrategia era veraz ya desde 1979, y no solo eso, sino que está demostrando que se desenvuelve muy bien en el ámbito de la mediana empresa, precisamente donde se concentra la mayoría de la clase trabajadora del estado y donde menos presencia sindical existe, junto con la pequeña empresa. Si bien la evolución está siendo positiva sigue siendo insuficiente, y CNT continúa siendo un sindicato modesto.
No cabe duda que poco a poco la CNT está encontrando la forma de sujetar sus secciones sindicales, lo que tiene un significado, y es que la CNT ha asentado su espacio sindical, de tal manera que ha demostrado que no le es necesario ni las elecciones sindicales, ni servirle pleitesía a la patronal, ni recibir subvención alguna del estado. Concretamente en las pequeñas empresas, la estrategia de presión se está volviendo especialmente eficiente, y esa táctica solo la realiza la CNT, que ni con todos los liberados que existen en este pais ningún otra central sindical mueve a tal cantidad de afiliados, y menos de manera habitual. Creemos que esto es importante para romper el proceso de desmovilización que existe en la clase trabajadora y en la sociedad en general.
Así pues, esperemos que esta desmovilización nos de la posibilidad de aglutinar a una cantidad importante de trabajadores y trabajadoras que buscan un referente social que no solo responda en los juzgados o en premisas electoralistas y también a todos aquellos que no se contentan únicamente con mejorar sus condiciones laborales sino que entienden que este mundo en el que vivimos pide a gritos un nuevo sistema social, libre e igualitario; humano.
Salud y anarquía.

1979-1989 El proceso escisionista

El sindicalismo subvencionado y la crisis del movimiento obrero

Los Pactos de la Moncloa se habían firmado el 25 de octubre de 1977 contando al poco tiempo con la aprobación de todas las centrales sindicales menos con la de una CNT que comenzaba a sufrir una grave crisis interna. Como consecuencia de este nuevo pacto social, a principios de 1978 se celebraron las primeras elecciones sindicales a comités de empresa, con una gran abstención, en gran parte gracias al boicot de la CNT. No hay que olvidar que por entonces la Confederación era el tercer sindicato de implantación nacional, con una afiliación que oscilaba entre los 250.000 y los 300.000 afiliados. Pero la persecución sufrida a raiz de los sucesos del Caso Scala pondría punto y final al crecimiento de la anarcosindical, comenzado además su declive. A finales del mismo año la constitución fue aprobada, consolidándose así el regimen de monarquía parlamentaria herededa del franquismo.
La euforia del período de afiliación sindical masiva entre 1977 y 1978 se desinflaría en poco tiempo. A principios de los años ochenta había quedado claro que, lejos de ser uno de los movimientos más fuertes de Europa, los sindicatos españoles tenían uno de los índices más bajos de afiliación. Si las estimaciones sobre el número de trabajadores dados de alta después de la legalización de los sindicatos habían sido más que optimistas, la caída de la afiliación fue dramática. Aunque no hay disponibles datos fiables, es probable que menos de una quinta parte de los asalariados de España fueran miembros de sindicatos a finales de 1981, y la proporción caería incluso más en los años siguientes, llegando al bajo índice del 12 %. De hecho, los sindicatos subvencionados entraron en una profunda crisis de identidad. Una vez que la clase trabajadora había cumplido con su papel de "ariete" contra la dictadura, pasó a tener un lugar subalterno, sin apenas peso en la vida social y política nacional.
Ahora, eso sí, gozaba de sus derechos y las huelgas eran legales, pero paradójicamente su ejercicio se entendía como un atentado contra la estabilidad democrática. Y en ese discurso coincidieron tanto los partidos políticos "de izquierda" como las cùpulas de CCOO y UGT y los medios de comunicación monopolizados. Y todo lo que se había recompuesto durante una larga y dura lucha contra el régimen que había tratado de aniquilar hasta el último vestigio de organización, se fue quedando en una representación cada vez más ceñida a los sectores más estables, aventajados y tradicionales de la clase.
Las elecciones generales del 1 de marzo de 1979 dieron la victoria de nuevo a Adolfo Suárez que, con su grupo UCD, conseguía una amplia mayoría con 47 escaños de diferencia respecto a la segunda fuerza política, el PSOE de Felipe González.
Los resultados fueron prácticamente los mismos que en las anteriores elecciones, dos años antes. Estos comicios certificaron el fracaso de los partidos políticos que aún proponían la ruptura con el franquismo y que se habían opuesto a la Constitución aprobada en diciembre de 1978. Sólo el PTE (Partido del Trabajo de España) y la ORT (Organización Revolucionaria de Trabajadores) obtuvieron un número de votos significativo, pero poco después emprendieron un proceso de unificación que, paradójicamente, supuso la disolución de ambos partidos y la quiebra de sus sindicatos afines, CSUT (Confederación de Sindicatos Unitarios de Trabajadores) y SU (Sindicato Unitario). El resto de candidaturas de la izquierda "radical" sólo obtuvo resultados testimoniales, aumentando el desencanto y dando paso al reflujo de la izquierda revolucionaria.
CNT CGT
Manifestación en Elche. 1978.
Mientras tanto la derecha política irrumpía en el mundo sindical. De los restos de la CNS franquista (Central Nacional Sindicalista) surgieron numerosas iniciativas sectoriales, con especial incidencia entre los funcionarios, que formaron pequeños sindicatos de ámbito gremial o local próximos a los grupos políticos herederos del franquismo y amparados por instancias estatales. Finalmente, estos pequeños sindicatos se fusionaron y el 5 de junio de 1979 constituyeron la Confederación Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF).
El reflujo de la lucha obrera, y la represión desatada por el intento de grupos vanguardistas del movimiento libertario de sustituirla por la acción armada, convivían con nuevas formas de lucha y organización en las que el movimiento libertario jugaba un papel principal. Nacían las Radios Libres, impulsadas por colectivos libertarios locales, que sentaron las bases de la contrainformación en España: Ona Lliure de Barcelona, Radio Klara de Valencia, Radio Luna de Madrid, etc.
Pero, sobre todo, fue el tiempo de los nuevos movimiento sociales. A partir de abril de 1979, después de las primeras elecciones municipales democráticas, el potente movimiento vecinal se hundió estrepitosamente. Los militantes más destacados de las Asociaciones de Vecinos ocuparon puestos destacados en las listas electorales de los partidos de la izquierda y muchos pasaron a responsabiliarse de la gestión municipal; su marcha no encontró relevo en el movimiento ciudadano. Pero florecían nuevas entidades, como el movimiento antinuclear y ecologista, que superando al naturalismo de los pioneros se oponia al modelo de producción industrial y capitalista, o el movimeitno pacifista, que se centró en la crítica de la mili, hasta conseguir el reconocimiento de la objeción de conciencia y la supresión del ejército de reemplazo.
En este contexto se movía la CNT, muy dañada por la represión ejercida sobre el movimiento libertario tras el estallido del Caso Scala y la consiguiente campaña mediática de intoxicación y desacreditación meticulosamente orquestada desde las cúpulas del estado. El desencanto de la sociedad y el derrotismo de la clase trabajadora habían menguado la fuerza del anarcosindicalismo, que veía alejarse la perspectiva de una revolución social mientras soportaba una dura represión policial y mediática.
Pero había que hacer balance de lo acontecido y adaptarse a los nuevos tiempos que corrían. Inmersa en plena crisis y con una militancia dividida, la Confederación Nacional del Trabajo celebró su V Congreso entre los días 8 y 16 de diciembre de 1979 en la Casa de Campo de Madrid.

El V Congreso de la CNT y la primera escisión

Ya por entonces el clima estaba muy enrarecido. Las infiltraciones en la CNT habían sido numerosas, destacando por ejemplo la de los marxistas, que culpaban de todos los males de la CNT a lo que los llamaban despectivamente «exilio-FAI». Esta acusación no tenía ningún sentido puesto que la FAI se reorganizó en España tiempo después que la CNT. Hay que señalar que este hecho fue siempre muy usual en la historia del anarcosindicalismo español. Cuando los sectores más reformistas querían controlar la situación echaban la culpa de todos los males a la FAI -como por ejemplo hicieron los treintistas-, a la que acusaban de dirigismo y de grupo de presión dentro de la CNT. Sin embargo, la historia nos ha demostrado que la FAI no tenía ese cometido y que jamás dominó sobre la CNT, porque sencillamente la propia CNT no se habría dejado.
Cartel 5º Congreso de la CNT. 1979.
También se había dado el caso de otros grupos que atacaron a la AIT, ya que pretendían integrar a la CNT en otras organizaciones internacionales de trabajadores. En esta línea marxista destacaron, por ejemplo, los anarcocomunistas de Mikel Orrantia con su periódico "Askatasuna", estando muy cercanos a las tesis de los plataformistas de Archinov.
Pero un nuevo problema interno iba a afectar a la CNT, y éste mucho más grave de cara al V Congreso. Habían surgido dentro de la Confederación sindicatos paralelos a ella misma que actuaban de forma premeditada y con órdenes del día establecidos. Se les conocía como "Grupos de Afinidad Anarcosindicalistas" y estaban en la línea de actuación de Autonomía Obrera-Liberación, Movimiento Comunista Libertario, consejistas, marxistas, reformistas, etc.
El 10 de junio de 1979 el Secretariado del Comité Nacional anunció que estaba investigando a los Grupos de Afinidad Anarcosindicalistas y terminarian siendo expulsados en septiembre del mismo año por organizar una estructura paralela que doblaba a los órganos de la CNT con el objetivo de alterar el rumbo de la anarcosindical y reformar su táctica sindical mediante el control de las delegaciones que acudieran al Congreso. Estos grupos serían conocidos como "los paralelos", responsables de una de las más burdas intentonas por intentar manipular los acuerdos de la anarcosindical. Entre los expulsados se contraban José María Berro y Sebastián Puigcerver, ambos miembros del Comité Nacional. Las expulsiones se repitieron en otros sindicatos y feraciones locales.
Mientras tanto, el exilio por fin había aclarado su situacion y acudiría al V Congreso la CNT de España como tal y el exilio integrado en ella. Con el tiempo la CNT exterior pasaría a denominarse Comité Regional del Exterior.
Todos, dentro y fuera de la CNT, eran conscientes de la importancia que tendría este comicio. Finalmente, el Congreso abrió sus sesiones, a las que acudieron 380 sindicatos y 40 con representación indirecta, lo que hacían un total de 420 sindicatos. Aparte de todos los puntos de normativa orgánica y estructura interna de la organización, el primero de los grandes temas importantes sería el de la estrategia laboral y sindical, donde ya se manifestaron fuertemente las dos corrientes de opinión. Fue aquí donde algunos sindicatos plantearon la participación de la CNT en el modelo sindical basado en los Comités de Empresa.
Foto del V Congreso de la CNT en la Casa de Campo. 1979.
Entrada al V Congreso en la Casa de Campo. Madrid.
Para los reformistas, las causas de la reciente crisis del «sindicalismo de clase y autónomo» se debía a «la automarginación de la CNT, a la ingenuidad y el exceso de ideologización de la práctica sindical» de los anarcosindicalistas. Frente al «maximalismo empleado como arma y argumento permanente en la lucha», planteaban «la necesidad de devolver a la CNT su identidad perdida», que para ellos tenía como base «la necesaria defensa de los intereses de los trabajadores, la lucha por mejorar las condiciones de trabajo y vida, arrancando al capitalismo cada vez más parcelas de poder y decisión».
A pesar de sus reiteradas declaraciones de retorno a lo que ellos entendían por los orígenes de la CNT, los reformistas aceptaban como hecho consumado el modelo sindical de los Comités de Empresa, copia sin retoques de los Jurados Mixtos, los Comités Paritarios y los Jurados de Empresa que siempre rechazó la CNT y que fueron causa de su marginación con la dictadura de Primo de Rivera y con la Segunda República (tras los decretos de Largo Caballero, promulgados precisamente para favorcer a la UGT) y motivo de exclusión de la lucha sindical en el seno de la CNS franquista.
Aunque la participación en los Comités de Empresa se convirtió en el principal punto de disputa del V Congreso, lo cierto es que los que estaban dispuestos a pasar por el descrédito de las elecciones sindicales mantenían una visión tan idealista como irreal del sindicalismo del momento. Para ellos, todavía era posible levantar y sostener una CNT revolucionaria -como la que se añoraba desde 1936- dentro del contexto de la época (a pesar de la firma de los pactos de moncloa y el apoyo mayoritario de la sociedad a la constitución de 1978). Creían que la CNT aún podía ser la «tercera fuerza sindical», como repetían machaconamente, y mantener el mismo ritmo de crecimiento y fortalecimiento que había disfrutado en los primeros años de la transición. Esto es importante ya que esa percepción de la realidad sindical y social española que promulgaban -y que luego se demostraría erronea- de una CNT sólida e imparable en su crecimiento y con un gran colchón social que la respaldaba, la significaban como lo bastante capaz para no dejarse engañar y aguantar las embestidas y tentativas de absorción por parte del capital, como sí le había ocurrido a las Comisiones Obreras.
Y si este crecimiento no se producía -según ellos-ó si se tenía una sensación de retroceso, sólo se debía a la intransigencia ideológica de un oscuro entramado, al que llamaban despectivamente «exilio-FAI», que defendía un «anarquismo anquilosado». De nada servía alegar que parte del exilio apoyaba sus postulados, como de nada servía explicar que algunos grupos ácratas reagrupados en la FIGA (Federación Ibérica de Grupos Anarquistas) secundaban sus propuestas.
Como ya hemos dicho, frente a las críticas de sus antagonistas, los reformistas oponían un transfondo reousseauniano: los sindicatos de la CNT serían capaces de participar en un sistema «continuista que desde el gobierno, capital y centrales reformistas se nos venía imponiendo [...] perpetuando la institucionalización de las relaciones laborales y la acción sindical» sin corromperse, sin caer en «el acomodo que se observa en la mayoría de los militantes y secciones sindicales de otras organziaciones». La CNT, buena por naturaleza, no sería corrompida por el nefasto sistema vigente.
CNT a CGT.
Foto de una de las sesiones del V Congreso.
El otro bloque, deminado por los reformistas «exilio-FAI», también creía que la revolución social era posible en la España de 1980, como lo fue en la de 1936 y como lo habría podido ser en la de 1975. Pensaban que si todavía no se había iniciado el proceso revolucionario, se debía a la destructora intervención del estado y de la patronal, por medio de infiltrados policiales (Caso Scala), por no mencionar las intentonas de manipular la Confederación por parte de los grupos trotskistas.
Pero los reformistas estaban decididos a renovar de arriba abajo el anarcosindicalismo y fuera de la CNT también contaban con aliados. Muchos estudiantes y medios de comunicación alternativos, especialmente la revista "Bicicleta", se alinearon con la idea de «renovar la CNT». También otros núcleos que habian quedado al margen de la reconstrucción confederal incitaban una renovación que les permitiera actuar abiertamente en los sindicatos cenetistas. Entre estos merece la pena destacar al PS (Partido Sindicalista), formado por un puñado de afiliados que habían intentato resucitar el viejo partido de Ángel Pestaña. Al frente del PS estaba José Luis Rubio Cordón, un antiguo falangista que había formado parte, como otros afiliados del partido, del FSR (Frente Sindicalista Revolucionario), organización de corte falangista.
Finalmente, y tras un intenso debate, la propuesta fue rechaza por una amplia mayoría de los sindicatos. El Congreso consideraba que las elecciones sindicales trasladaban el parlamentarismo burgués a la empresa. Se aceptó en su lugar la asamblea de fábrica, pero la CNT mantendría su propia personalidad en ella. Se posicionó a favor de los convenios colectivos y de la negociación, siempre y cuando en ésta no interviniese el estado. Las negociaciones nunca irían en detrimento de la pérdida de derechos de los trabajadores. Como puntos básicos de negociación entraría la reducción de jornada laboral y el adelantamiento de la edad de jubilación. El Congreso rechazaba también la regulación de empleo y los expedientes de crisis, comprometiéndose a luchar por una plataforma reivindicativa de clase. Por último habría que destacar el rechazo al Estatuto de los Trabajadores pues se consideró que potenciaba el sindicalismo reformista, la contratación temporal y el abaratamiento del despido.
El último punto del congreso fue la relación de la CNT con otros organismos y organizaciones. Por aplastante mayoría se aprobó el mantenimiento de una relación fraternal con la FAI y la FIJL. En lo internacional se tendría relación con la IFA (Internacional de Federaciones Anarquistas) y se ratificó la adhesión a la AIT (Asociación Internacional de los Trabajadores).
Pero ya antes de finalizar, cincuenta y dos delegados partidarios de «las tesis renovadoras» y por lo tanto disconformes con la posicón mayoritaria ante las elecciones sindicales, queriendo romper el congreso, leyeron un comunicado denunciando que en el comicio se estaban produciendo -según ellos- falta de libertad de expresión, autoritarismo, violencia y amenazas. Estos delegados con sus sindicatos abandonaron el congreso, pues éste se negó a suspenderse.
Posteriormente estos delegados impugnaron los acuerdos y convocaron del 25 al 27 de julio de 1980 un nuevo Congreso Confederal en Valencia al que acudieron 300 delegados y más de 100 sindicatos. Allí se posicionaron a favor de los Comités de Empresa y se aprobaron las elecciones sindicales.
De esta manera ratificaron la ruptura, quedando escindidos de la CNT, que de este modo lograba matenerse fiel a los principios anarcosindicalistas. Los objetivos de esta escisión no eran sino arrastrar a la Confederación hacia posturas que históricamente no le correspondían, arguyendo que soplaban nuevos vientos para el sindicalismo. Todo esto provocó una querella importante, tanto a nivel moral como general, pues las siglas fueron usurpadas por los escindidos a la legitima CNT.
Foto de José Bondía, Secretario General de la CNT.
José Bondía Román.
Secretario General de CNT tras el V Congreso de 1979. Fue el máximo responsable de la segunda escisión de 1983 que culminaría con una falsa "reunificación" en 1896 entre la facción de Bondía y la del Congreso de Valencia, que posteriormente, en 1989 se denominaría CGT. Tras intentar destrozar a la CNT pasaría a ocupar en 1992 la gerencia del organismo del V Centenario, creado por el PSOE para la conmemoración de los 500 años del descubrimiento de América. Posteriormente ocupó un cargo de político como "consejero" técnico en La Casa de la Moneda. Los buenos servicios prestados en la segunda fase de destrucción de la CNT fueron bien recompensados.
Tras el V Congreso se eligió a un nuevo Comité Nacional -convirtiéndose José Bondía Román en el nuevo Secretario General- pero la escisión marcó profundamente el devenir de la CNT. Los medios de comunicación se hicieron eco de esta trascendental noticia, dando cobertura informativa sobre todo a los escindidos -aceptar las reglas del juego tenía sus recompensas-, que tras su Congreso pasarían a llamarse «CNT-Congreso de Valencia».
Esta nueva organización estableció una estrategia sindical completamente distinta a la que había sido aprobada en el V Congreso de la CNT: aceptaban subvenciones y participar en las elecciones sindicales, los diferentes comités tenían poder de decisión y contaban con militantes profesionales o liberados, tanto en los Comités de Empresa como en la propia estructura confederal. Y a pesar de todo esto, y sin ningún tipo de escrúpulo, áun se decían herederos de la CNT.
Aun así durante 1980 la actividad de la CNT no paro. En la línea de recuperación del Patrimonio Histórico, se produjo la ocupación y recuperación en el 1º de Mayo del local de Villaverde Alto. La ultraderecha seguía golpeando, y ese año fueron asesinados Arturo Pajuelo, militante de los movimientos ciudadanos y Jorge Caballero, militante anarquista. También se participó en diversos conflictos laborales entre los que destacaron el encierro de trabajadores en Torrejón de Ardoz (Madrid), junto a los sindicatos CSUT y SU, así como los conflictos de Cádiz, Huelva o Bilbao.
El 23 de febrero de 1981 se produjo el golpe de Estado patrocinado por el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero. La CNT condenó el hecho y llamó a una huelga general. La anarcosindical catalogó el golpe, no como un hecho aislado, sino como la culminación de todo un proceso premeditado.
Se continuó en la lucha por la recuperación del patrimonio y por el reintegro de los archivos históricos de la organización, llegando a un acuerdo con el Instituto de Historia Social de Ámsterdam, donde se encontraban los documentos de la CNT.

El VI Congreso de la CNT y la segunda escisión

En las elecciones generales legislativas celebradas el 28 de octubre de 1982 se produjo la victoria electoral del PSOE, con 202 escaños. La CNT hizo campaña por la abstención y advirtió del grado de colaboracionismo que la socialdemocracia había mantenido en toda su historia como parte integrante del capitalismo.
Pero la CNT continuaba con su declive. A esto se unió que el Secretario General, José Bondía, actuó de manera ejecutivista al tomar decisiones por encima de la base de la CNT, lo que provocó fuertes fricciones en la ultima etapa de su ejercicio. Incluso se mostró favorable a presentar a la CNT en las elecciones sindicales.
Pero además Bondía se sirvió del cargo para intentar imponer sus planteamientos reformistas a la organización y desviarla así de sus principios, llegando incluso a mantener contactos -de espaldas a la organización- con Alfonso Guerra, vicepresidente del gobierno. Las promesas del PSOE ponían sobre la mesa una auténtica oferta de compra de la CNT.
Con este panorama tan dispar se llegó al VI Congreso de la CNT celebrado en Barcelona entre el 12 y el 16 de enero de 1983, acudiendo a él 209 sindicatos, 12 regionales y mas de 500 delegados. Aunque la gestión del Comité Nacional fue aprobada -la trama por entonces era ignorada por la militancia confederal-, José Bondía seguía opinando que la CNT podía ser reformista o sindicalista revolucionaria según las circunstancias. Tan movido fue este Congreso, que el punto mas candente -de nuevo, las elecciones sindicales- no se resolvió aquí sino en uno extraordinario en Torrejón de Ardoz, celebrado entre el 31 de marzo y el 3 de abril del mismo año.
Antes de continuar es importante destacar la reunión mantenida por entonces entre Bondía y Alfonso Guerra, en la que el por entonces vicepresidente del gobierno dijo:
«No pienso aceptar un sindicalismo a tres, CCOO, UGT y CNT, sino un sindicalismo a dos, UGT y CNT, pero para eso, la CNT, debe poner los pies en la tierra y aceptar las elecciones sindicales»
Esto debió de calar hondamente en Bondía, consciente además de que sería grátamente recompensado, y días antes de la resolución del VI Congreso con respecto a las elecciones sindicales, envió a los medios de comunicación un comunicado donde afirmaba que la CNT aceptaba las elecciones sindicales. Esto confirmaba, una vez más, la estrategia que ya expuso en su momento Indalecio Prieto, ministro de la II República:
«Es imposible combatir a la CNT desde fuera porque, en mi experiencia, la CNT es un toro que se crece con la represión, no resulta positivo hacerlo de esa forma. En cambio, es muy fácil hacerlo desde dentro, con lo que se consigue, si no hundirla, sí debilitarla sustancialmente»
Pero Bondía erró en su presagio y tras un tenso debate el Congreso Extraordinario ratificó los acuerdos del V Congreso condenando los comités de empresa y las elecciones sindicales. Por lo que estos nuevos acuerdos volvieron a provocar una escisión y veintiseis sindicatos abandonaron la Confederación. Los escindidos pasaron a unirse con la «CNT-Congreso de Valencia», formando así lo que ellos llamaron la «CNT-Renovada».
Poco antes, Juan Gómez Casas se había dirigido a José Bondía de la siguiente manera:
Atención:
«Nuevas» Definiciones sobre anarcosindicalismo
[...]
El compañero Bondía afirma que la CNT, como los demás sindicatos entra en el "ranking" de las fuerzas sindicales del Estado y como tal favorece la evolución del sistema en éste o aquel sentido y se convierte se quiera o no en evolucionista en ausencia de situaciones revolucionarias. Sí, en cierto modo. Es evolucionista en el sentido de que durante la preparación al dilatado tránsito revolucionario es o debe ser un formidable factor de impregnación y contagio que haga evolucionar al pueblo hacia las condiciones que van a propiciar el cambio radical. Esa evolución es lo que yo llamo el crecimiento de la conciencia revolucionaria dentro y fuera de los lugares de trabajo. (Algunos sonríen al oir hablar de esto). De cualquier manera el compañero Bondía se equivoca cuando nos llama "estáticos" porque sólo esa nueva conciencia significa un cambio real. La imitación clara de lo que hacen otros, con pretensiones de originalidad, es como pretender avanzar pedaleando en esas bicicletas inmóviles que se utilizan para hacer ejercicios físicos en el interior de una habitación. Pero, acto seguido, se perfila una actitud mucho más ambigua en el trabajo de Bondía, al afirmar éste que para equilibrar la balanza y para reencontrarse con el anarcosindicalismo habría que ir a posiciones más sindicalistas. Un pequeño galimatías. Porque, si por definición somos anarcosindicalistas y no otra cosa, ¿tenemos que ir al sindicalismo para luego regresar a lo que somos por naturaleza? ¿Qué significa esto?
Vaciamiento de los contenidos de la CNT. El problema de la integración.
Como a Bondía no le agrada mucho la historia, sobre todo cuando va contra sus improvisaciones, puede que no sepa que situaciones confusas como ésta ya se dieron en la CNT durante la dictadura de Primo de Rivera y posteriormente con las polémicas entre Santillán, Pestaña y Peiró, sobre todo en las de estos dos últimos. Pestaña acabó definiendo a la CNT como un continente más que como un contenido. Un continente sirve para meter cosas dentro. Habiéndose agarrado al sindicalismo neutro acabó fundando un partido para infundir a aquél, desde fuera, un cierto contenido Cierto que la postura de Bondía no es esto, pero las implicaciones de cuanto dice son imprevisibles.
Tras afirmar que, descartando la integración política o de participación en la lucha por el poder, queda nuestra necesaria e inevitable integración en el tejido de la sociedad española, termina diciendo que, porque tenemos voluntad de constituirnos en fuerza social, esta no marginación (entiéndase integración, digo yo) ha de ser lo más profunda posible, siendo una parte fundamental en el entramado social. Pero la sociedad española o el entramado, como lo conocemos hoy, es el sistema. Y la sociedad española, o el sistema es todo, es decir, los que trabajan, los parados, los marginados, los oprimidos, los opresores, los cuerpos represivos, los políticos, la pluralidad de instituciones, el Estado. ¿Es aquí donde hemos de integrarnos de una forma "potente", se nos dice?
Ante todo, ¿qué es estar integrados? Integrar es reunir las partes de un todo, armonizarlas, para que ese todo pueda cumplir sus funciones naturales. Tales funciones reconocen incluso discrepancias, diversidad y oposición hasta ciertos límites, pero todo ello en razón de que es necesario para el funcionamiento normal del todo. Por consiguiente, para la consolidación del todo, es decir, del sistema. Así es como entiende la cuestión el reformismo político. ¿Están la CNT y el movimiento libertario integrados así en el sistema? NO. Estamos dentro del entramado del sistema. Esto nos condiciona ciertamente, nos limita, nos reprime, se nos impone por medio de regulaciones autoritarias. Pero estamos contra el sistema, no somos una pieza indispensable para el desarrollo del sistema. De hecho, estamos en una situación real de marginación conscientemente asumida. Desde ésta intentamos contagiar nuestros valores y nuestras ideas-fuerza, penetrar hasta el corazón mismo de esta sociedad por nuestra teoría y nuestra práctica. La integración-colaboración como la entiende, quiera o no, Bondía, nos dejaría inermes y desarmados para la defensa de alternativas tendentes al cambio radical y profundo de la sociedad y convertidos en simple tejido del sistema.
[...]
En líneas generales se ratificó todo lo acordado en el V Congreso aunque, tras el VI y el Extraordinario, la Confederación se encontraba muy mermada en fuerzas, merced a las escisiones que había sufrido. Como el nuevo Comité Nacional estaba también a favor de las elecciones sindicales, presentó la dimisión y un Pleno Nacional de Regionales eligió a Fernando Montero como nuevo secretariado de la CNT.
6º Congreso de la CNT. Barcelona. 1983.
Aunque tras los congresos de 1983 la CNT quiso volver por los caminos de antaño, las escisiones la habían dejado en situación casi residual. Comenzó además una lucha a partir de entonces por la legitimidad de las siglas frente a los escindidos y por la recuperación íntegra del patrimonio histórico robado por el franquismo, lucha que se extendería en el tiempo y llegaría hasta nuestros días.
Mientras tanto, en su afán por conviertirse en la «tercera fuerza sindical», y así justificar la necesidad de su ruptura, los escindidos fueron perdiendo señas de identidad anarcosindicalistas y absorbiendo a los pequeños núcleos sindicales descontentos que venian del sindicalismo reformista. Y todo esto para que, según sus propios datos, su representatividad a día de hoy no se acerque al 2%. Pero esto en el fondo ya es lo de menos porque ¿qué sentido tiene colocar una organización en la cúspide de la representación sindical a costa de ir haciendo concesiones, desechar los principios que la originaron y su razón de ser?
En 1989, tras el dictamen judicial favorable a la CNT-AIT, la pérdida de las siglas obligó a los escindidos que formaban la «CNT-Renovada» a adoptar otro nombre: CGT (Confederación General del Trabajo). Este cambio fue aprovechado por el sector más reformista para llevar adelante sus propuestas en el congreso celebrado un par de meses después, con una organización prácticamente dividida. Esta división terminaría por generar la primera escisión de los escindidos, dando lugar al nacimiento de Solidaridad Obrera.
La Confederación Nacional del Trabajo había retomado sus esencias, pero no sin pagar un alto precio: una dolorosa ruptura sindical, una considerable pérdida de militantes y una sensación de amargo desencanto que tardaría en superar.
Llegados a este punto, y a modo de conclusión, creemos que hay que tener el valor suficiente para llamar a las cosas por su nombre, para admitir lo que se es, lo que se hace y reconocer el papel que se representa: la vergüenza de intentar aparentar algo mucho más legítimo y honrado de lo que en realidad se hace. Ese papel lo representa fielmente CGT todos los días, y no hablamos de las personas, sino del origen y posterior trayectoria consumada y contrastada de esta organización. Por todo lo estudiado en este apartado (y las posteriores experiencias vividas), no podemos sino afirmar que CGT es el resultado del intento más burdo del poder por destruir la CNT.
Pero, una vez más, no se había logrado acabar con la CNT. Si bien la anarcosindical tendría que afrontar ahora la larga travesía del desierto de los años noventa.